(Re-) Construyendo la identidad italiana: Dolce & Gabbana #ItaliaIsLove

Una de mis mayores obsesiones recientemente es Dolce & Gabbana; no logro superar sus diseños y si fuera una posibilidad medianamente realista los usaría con mucha frecuencia. Pero más allá de la belleza que veo en ellos, hay algo sobre sus mensajes que me hace quererlos aun más.

Es posible que haya mencionado esto antes, pero una de las cosas que más me interesa de la moda es, precisamente, la forma en que nos ayuda a crear y mostrar nuestra identidad: no sólo la nacional, la “italiana” de la que hablo aquí, pero también la de género, de raza, etnia, y de cualquier otro tipo. A traves de nuestra ropa y nuestras elecciones de moda mandamos mensajes sobre lo que somos al resto del mundo, y esto es algo que—créanlo o no— está en gran parte bajo nuestro control.

Aunque la mayoría de los humanos presenta estas identidades a través de la ropa que se ponen—y así no “estés a la moda” o te llame la atención estarlo, igual reflejas esta identidad al vestirte sin que te importe la moda al escoger—algunos de ellos, los diseñadores, también lo pueden hacer a partir de sus creaciones. Y esto, creo, es lo que Domenico Dolce y Stefano Gabbana están haciendo. Aunque, desafortunadamente, no puedo ir a hablar con ellos—o leer sus mentes, que sería una mejor idea—y preguntarles qué están pensando al diseñar, creo que están tratando de enviar alguna especie de mensaje político en su ropa; uno que los sitúa en la esfera internacional de la moda como italianos. Y probablemente no necesitamos ser genios—o adivinos—para poder leer esos mensajes en sus diseños, especialmente porque éstos suelen ser bastante claros.

La primera vez que me di cuenta de estos mensajes en Dolce & Gabbana fue en su colección de primavera/verano 2014, cuando nos llevaron atrás en la historia hasta los tiempos del Imperio Romano. No solamente incluyeron en sus diseños imágenes de las ruinas antiguas, pero también se vieron monedas con la cabeza del César en la ropa y en otros accesorios, incluyendo zapatos y diademas. Además, que el oro fuera tan importante en esta colección mostraba que ellos se estaban refiriendo al auge del Imperio Romano, no a cualquier época, y reflejaban toda la riqueza y el esplendor de la época.

Pero lo que fue aun más interesante que el uso de las imágenes fue el hecho de que, tan solo unos meses antes del lanzamiento de la colección, Dolce y Gabbana fueron acusados y multados por evadir impuestos—y vale la pena decir que éstos son nada menos que ¡una de las instituciones económicas más importantes del Imperio!—. No sé ustedes, pero yo no pude evitar pensar si toda esta alegoría del Imperio Romano tenía algo que ver con estos problemas financieros… Y aunque la mayoría creen que los diseñadores de moda son demasiado superficiales como para siquiera creer que pueden hacer ese tipo de comentarios satíricos, yo creo que sería demasiada coincidencia. Para mí, fue un mensaje bastante ingenioso el juntar instituciones históricas que han dado forma a la política económica en Italia y Europa—y el mundo, seamos realistas—por cientos de años, con el estereotípico siciliano/italiano sureño, que suele ser visto como el corrupto, mafioso, que obviamente va a evadir impuestos.

Pero el Imperio Romano no ha sido el único aspecto de la identidad italiana que estos dos diseñadores han usado en sus colecciones. Para la de otoño/invierno 2015, Dolce & Gabbana retornaron a la idea del italiano como el hombre que depende completamente de su madre, que siempre va a ella para que lo alimente, lo ame y lo mantenga—lo que mi profesora de italiano llamaba mammone en clase cada vez que nos explicaba el concepto. Con frases como “I love you mamma” y “Ti voglio bene mamma” escritas en las prendas, modelos caminando con bebés en los brazos, y hasta imágenes de la Virgen María con el niño Jesús, el tema era más que obvio incluso para aquellos que no leyeron el comunicado de prensa. Y para los que se perdieron del show por completo, la invasión de #DGMamma en redes sociales y la campaña publicitaria impresa, que mostraba el ideal de mamá-mujer joven-hijo también lo dejaban claro.

Dolce & Gabbana Autumn/Winter 2015 Ad Campaign
Campaña Publicitaria de Dolce & Gabbana Otoño/Invierno 2015

No he podido decidir cuál es el papel de la mamma aquí, pues la dependencia se supone que es del hombre y no de las mujeres que tanto se alaban en la colección. Pero puede ser que, al sólo mostrar estas mujeres, la dependencia de Domenico y Stefano en sus propias mamás se hiciera obvia. O tal vez fue—y creo haber leído algo al respecto, pero no lo encuentro—una forma de pronunciarse en contra de los avances que se hicieron en torno al matrimonio gay en el año, en donde ellos deciden quedarse en la forma tradicional italiana de ver el mundo, donde la estructura dominante de la sociedad es patriarcal.

Y como si usar dos de los aspectos más importantes de “lo” italiano fuera poco—porque todos tenemos al menos una vaga idea de lo que fue el Imperio Romano y porque se trata de representar a los italianos como gente que mueve fránticamente las manos mientras dice “mamma mia!” con más frecuencia de la que debería hacerse—para su más reciente colección, mostrada en Milán la semana pasada, Dolce & Gabbana decidieron recrear la visión estereotípica de Italia—aquella que está bajo la mirada de los turistas—en sus diseños.

Una de las primeras imágenes que vi de la colección fue un video en Instagram que subió Anna Dello Russo, donde se mostraba el lugar en donde se mostraría la colección; era una clara celebración de Italia, con las palabras “il futtivendolo” por ahí, que son tal vez unas de las primeras que se aprenden al estudiar italiano—y lo digo por experiencia propia—, además de ser típico contenido del tipo de libritos de “italiano para turistas”.

Por supuesto que la colección no incluía todos los tipos de estereotipos italianos o todos los ángulos desde donde nosotros los extranjeros, y tal vez también los italianos, vemos Italia—aparentemente no incluyeron a Bari ni a Livorno. ¿Pero no es esto también parte del proceso de creación de la identidad? ¿No son sus escogencias de lo que “es” italiano, de las frutas, los colores, Sicilia, sin incluir tantas otras cosas, una posición política en sí? ¿Y no es la alabanza a los turistas—que pudo incluir referencias no muy apropiadas a los visitantes chinos—también parte de todo esto?

No sé, pero lo que es claro para mí, es que no puedo esperar a ver con qué salen este par la próxima vez—y sin ánimo de acelerar aún más el ritmo del sistema de la moda—y cómo siguen representando lo italiano en sus diseños. La verdad es que estoy algo enamorada de la idea y, aunque ya estoy escribiendo una tesis en la identidad colombiana y la moda, no puedo dejar de volver a pensar en Italia, en Dolce & Gabbana, y en su increíble relación. Y probablemente vuelva a escribir al respecto, cuando haya logrado conectar las ideas que todavía andan por ahí sueltas en mi cabeza.

Mientras tanto, ¡creo que puedo seguir soñando con el día en que me pueda vestir de  Dolce & Gabbana de pies a cabeza!

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Fotografía: pasarelas via Dolce & Gabbana; campaña publicitaria via Laia Magazine

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